Habilidades de autonomía personal y social

Información general sobre el Autismo.


El autismo es una incapacidad relativa al desarrollo mental que típicamente aparece durante los tres primeros años de vida. Es resultado de un trastorno neurológico que afecta el funcionamientos del cerebro, el autismo y sus comportamientos asociados puede ocurrir en 1 de cada 100 individuos. El autismo es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas y no conoce las fronteras raciales, étnicas y sociales. El nivel  económico, el  modo de vida y los niveles educativos de la familia, no afectan la posibilidad de que estos casos se manifiesten. 
El autismo impacta al desarrollo normal de cerebro en  áreas relacionadas con la interacción social y las habilidades comunicativas. Los niños y adultos con autismo típicamente tienen deficiencias en la comunicación verbal y no verbal, en las interacciones sociales y en las actividades de ocio y juego. Este trastorno les dificulta comunicarse con otros y convertirse en miembros independientes de la comunidad. Pueden exhibir movimientos repetitivos del cuerpo (estereotipias), respuestas inusuales a la gente o apego a objetos y resistencia a cualquier cambio de rutinas. En algunos casos, muestran agresividad y/o  un comportamiento con tendencias a hacerse daño a sí mismos.
El autismo es la tercera incapacidad más común de desarrollo, más común que el síndrome de Down. Aún así, la mayoría del público, incluso muchos profesionales de las disciplinas médicas, educativas y vocacionales, todavía no se han  enterado de cómo el autismo afecta a la gente, y no saben trabajar de forma  efectiva  con personas con autismo.
La realización de un diagnóstico adecuado es difícil para el médico, ya que las características de dicho trastorno varían mucho. Una breve observación en un solo medio ambiente no puede presentar un cuadro verdadero de habilidades y patrones de comportamiento de un individuo. A primera vista, la persona con autismo parece poseer retarso mental, una incapacidad de aprendizaje o problemas de audición. Sin embargo es importante distinguir el autismo de otras condiciones, ya que un diagnóstico preciso puede proporcionar la base para construir programas apropiados y efectivos de educación y desarrollo.


Refexión sobre mi experiencia en autismo:
Cuando empecé a trabajar con Juanjo, un niño autista de 9 años, me invadió mi mente muchas sensaciones de temor, reto, incertidumbre... porque quieres hacerlo bien, quieres conectar con el niño, quieres ayudarle a expresar sus emociones, adentrarte en su  peculiar forma de ver y entender su mundo  y sacar de él  el máximo de sus cualidades. Me resultó bastante complicado, pero si he aprendido algo de esto es que hay que ingerir muy buenas dosis de paciencia. Comprendí que para poder ayudarle debía de conocerlo perfectamente y romper los esquemas de los considerado lógico o normal. Para llegar a conocerlo tenía que trabajr en la comprensión no solo de sus necesidades, sino también de su visión de la realidad, de cuál es su modo de pensar, actuar y cuál es el razonamiento que utiliza. Comprender al niño autista implica un intento de sentir y pensar como él, penetrarse en sus juegos y rituales buscando la lógica que para él tienen , y que para nosotros difiere mucho de lo normal. Lo cierto es que tanto Juanjo como otros niños autistas, me han enseñado mucho, sobre todo a ser más paciente, tolerante, a ver esos pequeños logros que muchas veces para nosotros no son tan grandes pero que realmente son enormes para ellos. Juanjo solo comía  bocadillo paté y mantequilla, y tras un año de intenso trabajo conseguí que comiera de cuchara, de todo. El  mejor regalo que he recibido y dudo que se supere, recibir las  gracias de unos papás angustiados porque  veían  siempre comer lo mismo a su hijo. 
He aprendido a interpretar sus gestos una mirada, una conducta... y he llegado a acercarme a entender su pensamiento a conocer la lógica con la que actúa,  y esos pequeños avances supone un gran esfuerzo para el niño autista, y esto me ha enseñado a aprender también a reconocérselos. Intento entender su mundo, ponerme en su lugar, aprender de ellos como les podemos ayudar ... y todos los días sigo aprendiendo.